Numerosos estudios han demostrado la estrecha relación entre el consumo excesivo de alcohol y el riesgo de crisis matrimonial. Principalmente en el marido aumenta el riesgo de violencia matrimonial.

El tratamiento de la dependencia de alcohol reduce la violencia en la pareja. Por otro lado, las mujeres dependientes presentan una mayor incidencia de agresiones de sus cónyuges y las que son víctimas de violencia a causa del alcohol tienden a beber más.