La enfermedad del alcoholismo como la de cualquier otra adicción, afecta y puede ser facilitada por la familia de la persona con dependencia. El sujeto puede ser el reflejo o consecuencia de un sistema familiar distorsionado y disfuncional, ya que la familia es capaz de influenciar negativamente la recuperación y promover la recaída del paciente.

Por esto la intervención familiar es fundamental, es necesario que se rompan los mecanismos de defensa, para que los miembros reciban ayuda y mejoren su calidad de vida.