De la misma forma en como nuestras emociones modifican nuestro pensamiento, lo que pensamos o las ideas que tenemos sobre nosotros mismos y los demás, influyen en nuestras emociones.

Por lo general cuando sentimos una emoción desagradable de gran intensidad o que permanece por largo tiempo, es porque está siendo alimentada por pensamientos generalmente irracionales, es decir, que no tienen fundamento en la realidad. Por ejemplo cuando pensamos con temor hacia el futuro, o por pensar en el pasado y en los “hubiera”, nos enojamos. No es lo mismo pensar, “seguro mañana llegará tomado”, a pensar “no sé si mañana llegará tomado, sí así fuera puedo manejar mi temor”.

 

¿Qué hago con lo que siento?

También cada uno de nosotros, a veces sin darnos cuenta, desarrollamos recursos para manejar nuestras emociones, unos más funcionales que otros. Diríamos que es saludable que ante la tristeza busquemos compañía o consuelo en los que queremos, pero no en el consumo de drogas, incluyendo el alcohol. Que elijamos para relajarnos hacer ejercicio, pero no por estar ansiosos creer que fumar es una forma sana de manejar la ansiedad.

  • El enojo tiene la función de defendernos de las faltas de respeto, sin embargo cuando proviene de una frustración es importante que respiremos, cuando nos enojamos nuestra frecuencia cardiaca y respiratoria aumenta, así como nuestra temperatura. Respirar, enfriarse o poner distancia son unas de las herramienta útiles, cuando esto no sucede terminamos diciendo cosas que no queríamos decir, y no comunicamos lo que sí queríamos
  • La tristeza nos avisa que perdimos algo, desde una ilusión hasta una persona significativa. La mejor forma de manejarla es hablando de lo que nos duele, y recibir demostraciones de cariño. Recuerda que la tristeza no expresada se convierte en una herida para el corazón
  • El miedo sirve para protegernos de situaciones peligrosas o que nos ponen en riesgo, sin embargo con lo que pensamos a veces evaluamos situaciones amenazantes que no lo son. La respiración para relajarnos es un instrumento útil

 

Puede que incluso haya combinación de emociones, recuerda que lo importante es identificarlas y poder manejarlas, y que cuando creas que un estado emocional te está rebasando y no sepas cómo atenderlo, puedes pedir ayuda de un especialista, generalmente esto ocurre cuando existe un origen más profundo que no alcanzamos a percibir.

Recuerda que cada uno es responsable de sus emociones y de cómo las maneja. Entre las causas de las adicciones, se encuentra un mal manejo emocional. No olvides que este es un aprendizaje que puede promoverse desde la infancia, y que en sí mismo representa un factor de protección.