Para entender a los adolescentes es necesario conocer cómo funciona su mente; en este periodo es común que utilicen mecanismos que los protejan de sentirse amenazados o angustiados ante los cambios naturales de la adolescencia. Entre ellos se encuentran: la tendencia a la fantasía, es decir, constantemente se imaginan en situaciones en las que se sienten seguros y bajo control. También pueden recurrir a la intelectualización para dar explicaciones teóricas a todo y poner en duda sus creencias religiosas.

Después de este periodo empiezan a requerir menos de estos mecanismos y a consolidar su seguridad, en especial a través de un buen apoyo familiar.