La adicción es una enfermedad de tres aspectos: espiritual, emocional y física, no solo para la persona que la padece, sino también para sus familiares. Cuando las circunstancias nos llevan a pasar por alto nuestras necesidades físicas, emocionales y espirituales, la enfermedad toma control sobre nosotros.

Si no consideramos nuestras necesidades estamos contribuyendo a creer que no somos importantes. Nadie más que nosotros puede cuidarnos, requerimos aprender que el autocuidado desde alimentarse correctamente hasta alimentar la relación con un Poder Superior es nuestra responsabilidad y la forma de demostrarnos amor a nosotros mismos.