La enfermedad del alcoholismo afecta la organización y las relaciones afectivas de la familia. Son habituales las discusiones, las agresiones, la frustración, la desconfianza, el resentimiento y los reproches.

Los miembros de la familia acaban sintiéndose culpables y avergonzados de la situación, lo que provoca una falta de comunicación sobre el problema, convirtiéndose en el secreto de la familia. Sin ayuda, este secreto enferma más y más a sus miembros, como lo dice la literatura de Al-anon: “Nuestra enfermedad es igual al tamaño de nuestro secretos”.

Recuerda que no estás sólo y que otras familias han pasado por lo mismo y hoy viven de manera diferente gracias a la recuperación. ¡Pide ayuda!