Consumir drogas no tiene el mismo significado para los hombres y para las mujeres, ni tampoco para la percepción de quienes no consumen. Socialmente en el hombre no es mal visto que éste consuma, es percibido como una conducta natural mientras que las mujeres reciben un mayor reproche social.

Diversas investigaciones han demostrado las diferencias en la motivación para consumir drogas entre hombres y mujeres, por ejemplo en ocasiones para el hombre representa una forma de reforzar su masculinidad y rendimiento. En el caso de las mujeres el consumo se asocia con relaciones de parejas consumidoras en la necesidad de afecto y aceptación.

En ambos casos el consumo es tan sólo la señal de una necesidad emocional, en la recuperación estas carencias van sanando, el consumo deja de ser necesario al desarrollar habilidades que fortalecen a la persona que acepta la ayuda.
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