Aunque en la actualidad existe una mayor información sobre la adicción como una enfermedad que va más allá del control de quien la padece, todavía existen muchos prejuicios sobre las personas, en especial en los jóvenes.

Se les tacha de delincuentes, vagos, y el problema es que poco a poco éstos se van sintiendo más y más excluidos de la sociedad, favoreciendo su aislamiento y la dificultad para solicitar ayuda. Esta discriminación disminuye con la información, como sociedad tenemos la responsabilidad de aprender sobre la enfermedad de la adicción para ser una fuente de apoyo y no de exclusión para quien la vive.