En muchos hogares el consumo de alcohol puede ser una práctica cotidiana que favorece su disponibilidad en el hogar.

En la alacena o en el refrigerador el alcohol puede estar al alcance de los niños y adolescentes quienes en su desconocimiento pueden consumir. Por ejemplo pueden beber al robar el alcohol en su propia casa.

Por esto es importante que además de hablar con sus hijos sobre las drogas, los padres se aseguren de que cualquier cantidad de alcohol en el hogar esté inaccesible.