El LSD, dietilamida del ácido lisérgico, comúnmente llamada «ácido», se distribuye en tabletas, cápsulas y, a veces, en forma líquida.

Es inodora, incolora y tiene un sabor ligeramente amargo. Suele consumirse por vía oral. Con frecuencia, se agrega el LSD a un papel absorbente, como el papel para secar, que se divide en pequeños cuadrados decorados, cada uno de los cuales constituye una dosis.

La decoración puede resultar atractiva, y es una estrategia que los fabricadores utilizan para fomentar y preservar el consumo, sin embargo, recuerda que “no todo lo que brilla es oro”, el LSD es una droga dañina que pone en riesgo tu bienestar.