Cuando somos niños y nos vamos desarrollando, nuestro valor debería ser formado desde nuestro interior, por el simple hecho de existir. Sin embargo si en nuestra crianza se nos enseña que el valor está en el exterior en función de lo que hacemos y de la aprobación de los demás, al ser adultos lo buscamos a través de relaciones disfuncionales y en ocasiones destructivas como ocurre con la codependencia.

¡Tu valor como persona no viene del exterior, recuerda que sólo por ser y existir eres valioso!