Cuántas veces por no querer pelear nos quedamos callados antes situaciones que nos molestan, siendo permisivos con las personas que más queremos. Podemos siempre elegir nuestras batallas, pero esto no quiere decir que “por no pelear” nos quedemos callados ante situaciones que nos lastiman o nos hacen daño.

Cada uno tiene la responsabilidad de expresar  de forma asertiva (http://bitly.com/1tn0QF5) sus límites, pero quedarse callado y culpar al otro generalmente provoca que una situación se convierta en un problema, se alimenten los resentimientos y exista mayor fricción entre las relaciones.