¿Cuántas veces nos frustramos cuando las cosas no salen perfectas? Nos atacamos pensando “siempre es lo mismo”, “haces las cosas mal”, “por tu culpa”, etc. Esto nos lleva a dejar de reconocer las cualidades o aquellas cosas que estuvieron bien volviéndonos seres rígidos e irritados, porque definitivamente nada ni nadie es perfecto. Sin embargo en los grupos de ayuda mutua de Al-anon tienen un lema que habla de concentrarse en el progreso más que en la perfección.

Éste nos invita a poder desprendernos más fácilmente de nuestros defectos dándoles luz a los pequeños o grandes aprendizajes que hayamos tenido un día a la vez. ¿Qué dices? Hoy anímate a celebrar tus logros y a aprender de tus errores, reconociendo que no tienes que ser perfecto.