Nadie es responsable de tus emociones ni de tus sentimientos. Cuando vivimos una situación difícil que nos lleva a tener sensaciones desagradables, como enojo o tristeza, es posible que pienses que los demás o la realidad es la culpable de cómo te sientes.

Sin embargo, tú puedes elegir tu actitud y responsabilizarte de tus emociones y de la forma en cómo las manejas. Cuando sea necesario o no sepas cómo hacerlo, no olvides que puedes solicitar ayuda. Esto aumentará la confianza en ti mismo.