La adicción tiene un componente de pérdida del control, en donde pareciera que la persona con adicción, no tiene voluntad, específicamente para manejar la forma en que abusa de las drogas, incluyendo el alcohol.

Pero fisiológicamente, la voluntad es el producto del funcionamiento de áreas específicas de nuestro cerebro que el uso repetido de las drogas daña. Las personas pierden la voluntad para controlar su consumo, y se esfuerzan con la misma voluntad y de forma paradójica para mantenerlo. De ahí el término dependencia, que caracteriza a la adicción.