¿Cuántas veces luchas por tener la razón? Discutes, amenazas, no consideras los otros puntos de vista. Te pierdes de la oportunidad de reflexionar, “por salirte con la tuya”. Y aunque muchas veces esta necesidad de tener la razón proviene de la soberbia, muchas otras viene del temor.

Por ejemplo cuando los padres de los adolescentes dicen “¡porque yo lo digo!” es el temor el que está hablando, esto solo genera mayor resistencia, de ahí que los padres trabajen y hablen de sus miedos. Ahora bien es necesario que como seres humanos reconozcamos que no todo lo sabemos y que tenemos limitantes, ya que de lo contrario perdemos la oportunidad de crecer y seguir aprendiendo.