La aceptación a veces puede confundirse con un cinismo y negación de la persona con adicción, cuando ésta reconoce que tiene un problema, pero no asume la responsabilidad del mismo.

Podrá decir: “Ya sé que soy alcohólico, pero no me molesten”, sabe que su consumo lo perjudica, pero no está dispuesto a abandonarlo, porque definitivamente no es fácil hacerlo. El cerebro, las emociones, amistades y actividades diarias se concentran en el consumo; requiere de ayuda especializada y del apoyo de los grupos de ayuda mutua para cambiar; y este es un esfuerzo que muchos no quieren llevar acabo a pesar de las consecuencias adversas.