El encontrarse en la tercera edad no es garantía de que las personas desarrollen una adicción. En ocasiones algunos adultos mayores viven depresión y pueden hacer uso nocivo del alcohol como estrategia de afrontamiento. El consumo nocivo o peligroso de alcohol se asocia, asimismo, a muchos otros problemas de salud que pueden acortar la vida, como enfermedades cardiovasculares, cánceres y traumatismos accidentales, por ejemplo, caídas o quemaduras. Dado que las personas mayores tienen menos capacidad de metabolizar el alcohol, en ellas las consecuencias de su consumo pueden ser más pronunciadas y los problemas conexos pueden aparecer con niveles de ingesta más bajos. De igual forma, los trastornos por consumo de alcohol tienen consecuencias considerables en las personas mayores, como el autoabandono y las ideas y conductas suicidas.