Uno de los desafíos que encaran las personas que dejan de beber, es adaptarse a una vida sin alcohol. Para ello es necesario educar a la familia sobre el problema, algunas sugerencias son:

 

No ofrecer alcohol

Evitar consumir alcohol a su alrededor

Evitar criticar o juzgar su abstinencia

Que la familia también asista a un grupo de autoayuda

 

Sabemos que el problema va más allá de estas sugerencias, sin embargo, tanto por el bienestar de la familia como de la persona con adicción es necesario informarse y pedir ayuda.

 

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