La toma de conciencia no lo resuelve todo, ni tampoco ocurre el cambio de la noche a la mañana. El crecimiento espiritual lleva tiempo. Integrar lo “nuevo” como una parte familiar y confortable de nosotros mismos entraña el compromiso personal y el apoyo de otros para ayudarnos en el camino. Vivir con plenitud exige confianza suficiente para liberar nuestro rígido y manipulador control de la vida, ya que así podremos aceptar la guía de un Poder Superior. La confianza no proviene de leer un libro, por más inspirador que sea, sino de experimentar relaciones nuevas que confían en nosotros y en las que nosotros podemos aprender a confiar. De la supervivencia a la recuperación, Grupos de Familia Al-anon