La comida al igual que el consumo de drogas, incluyendo el alcohol, son una puerta falsa para “tapar” o “aliviar” por momentos emociones desagradables como la tristeza y el enojo. Sin embargo, lo que en un principio parecía reconfortante, ahora es una conducta de la que ya no se tiene control. Las personas que comen de forma compulsiva, como en las adicciones, requieren de apoyo médico y psicológico para manejar su problema.