Cuando existe un problema de adicción en la familia es probable que los hijos, aunque sean pequeños y no entiendan como tal el problema, sientan y experimenten el ambiente confuso de su hogar. Por lo general, sus padres están nerviosos o tristes, se comportan de forma extraña e impredecible, olvidan sus promesas, dejan de celebrar fiestas y ya no se reúnen con amigos. La mejor forma de protegerlos es pidiendo ayuda para manejar sus propias emociones. ¡Recuerda que ellos viven el mundo a través de ti! http://bit.ly/1rH3dSN