“Eres muy exagerado” … “Son muy pequeños todavía”… “Prefiero que me vean como su amigo” Estas frases en realidad pueden ser expresiones de temor o de falta de ™de abandonarlos emocionalmente, ya que implica no ocuparnos de ellos, dejarlos a la deriva sin establecer claramente qué estamos esperando de ellos. Los límites nos permiten conocer lo que se vale y no vale en cierta situación. Para los hijos los límites en la infancia y™ la adolescencia son fundamentales ya que les ayuda a tener certeza en la vida y desde luego les ayuda a construir su seguridad y autoestima. Cuando no se cuentan con ellos se corre el riesgo de formar hijos tiranos, insatisfechos consigo mismos e inseguros. ¿Cómo ponerlos? Los límites tienen que ser acordes a la edad de los hijos y circunstancias de cada familia y deben ser flexibles y movibles, conforme se van superando etapas. Para darte una idea de cuáles son los límites a establecer puedes preguntarte, ¿qué cosas te cuestan trabajo disciplinar en tus hijos? o ¿en qué consideras que deben apoyar en casa y no lo hacen? Ahora bien, tienes que: Establecer una consecuencia lógica que se aplicará en caso de que no se cumpla la regla. No pienses en castigo, los castigos van más en función de tu enojo y no de la falta. No des recompensas o premio a aquello que le corresponde hacer. Evita enojarte, deja que tu hijo experimente la consecuencia de sus actos y verás que él se dará cuenta que es mejor seguir las reglas. Se constante y consistente con las reglas, mantente firme y evita en la medida de lo posible ceder, ya que con esto puedes perder autoridad “tomándote la medida”. No olvides que el establecer límites y consecuencias de antemano, le permite a tu hijo decidir si quiere experimentar la consecuencia o seguir la regla. Le estas dando la opción de elegir y decidir por él mismo, favoreciendo su autonomía y crecimiento. Psic. Nadia Pamela García García Especialista en Adicciones, por el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix Articulo para blog