Si estigmatizamos a los jóvenes por la forma en cómo se ven, creyendo tal vez que todo aquel que tiene un tatuaje o una perforación es un “drogadicto” lo único que reforzamos es el aislamiento y que ellos se sientan excluidos y rechazados por la sociedad. Como adultos tenemos que promover la tolerancia y el respeto, evitar que los prejuicios sean los que decidan si nos acercamos o no a una persona. Recuerda que a veces lo que vemos es tan sólo la portada de un libro que puede tener contenidos maravillosos por conocer.