Después de periodos de intoxicaciones constantes ya sea por alcohol, u otras drogas, el consumidor puede sentir culpa y remordimiento. En esos momentos de mayor lucidez quiere compensar el daño hacia su familia y hacia sí mismo con diversas actitudes. Puede que se aplique más en la escuela, que pague salidas al cine, que de dinero o sea más acomedido en el hogar. Sin embargo tarde o temprano vuelve el consumo repitiendo el ciclo de culpa, perdón y consumo pero cada vez en mayor cantidad y probablemente con mayores consecuencias. Es la abstinencia a través de un apoyo emocional y médico la que proporciona esperanza hacia una recuperación en la persona y su familia.