Las personas con adicción, en especial aquellas que iniciaron el consumo en la niñez o adolescencia, sufren daños irreversibles en su salud física, social y emocional, que les impide tener un desarrollo pleno.

Probablemente su desempeño académico y laboral se perjudica; de igual forma se afectan sus relaciones con los demás, pero en especial con ellos mismos. A la larga se genera una insatisfacción personal que afecta el bienestar emocional de la personas, aunado a los daños físicos que el consumo de sustancias produce. Evitar consumirlas es la mejor estrategia para promover una salud y desarrollo plenos.