Se escucha fácil, pero ponerlo en práctica puede no resultarlo tanto. Entre adultos cuando estamos; con nuestra familia, pareja e incluso amigos podemos sentirnos avergonzados o tensionados cuando alguno de sus comportamientos o actitudes no nos agradan.

Para muchos el control, es la mejor herramienta para disminuir esta tensión, pero si nos ponemos a pensar en controlar a otra persona, sólo desgasta emocionalmente. Cada uno es, y nosotros podemos decidir si aceptamos sus actitudes o no, parte del respeto implica dejar a las personas realizar y comportarse como ellos consideren es la mejor forma. Recuerda que ¡él es él y tú eres tú!