Como papá muchas veces por el deseo de brindarles a tus hijos, lo que tal vez tú no tuviste en tu infancia, terminas complaciéndolos en todo. Les concedes regalos, permisos e incluso les pides su opinión en decisiones que no les corresponden.

Es importante que desde la infancia, puedas enseñarles a tolerar la frustración. Tus hijos tienen que saber que habrá momentos en los que no se pueda hacer algo que quieran, y esa sensación es sana. De igual forma postergas la gratificación inmediata, que en la actualidad, en la era de lo “instantáneo”, no se fomenta.

Una adecuada tolerancia a la frustración, promueve un buen manejo emocional que aleja a tus hijos de las drogas y el alcohol.