La recuperación implica un reaprendizaje total, es aprender a pensar de forma diferente, percibirse a uno mismo y a la realidad, incluyendo a los demás, de manera distinta. Cambio de pensamiento En la adicción, Twerski autor de “El pensamiento adictivo”, revela que la persona con dependencia tiene dos problemas: el del consumo y el problema de pensar; el pensamiento irracional adictivo, podría considerarse en Alcohólicos Anónimos como el insano juicio. Cambio en el ser Además del cambio de pensamiento, implica un cambio en la forma en cómo la persona con adicción se relaciona consigo mismo y los demás. Comprende una transformación interna de su ser. Un testimonio de un AA. dice: “Si elimino mis defectos de carácter y mi insano juicio me voy a quedar sin nada”, pueden incluso pensar: “¿Quién soy sin este pensamiento y sin mis defectos de carácter? No sé cómo ser ni cómo vivir de otra forma”. En las personas con adicción la soberbia, es decir la sensación de ser superior a los demás, en realidad cubre una hipersensibilidad y vulnerabilidad. Eligen la negación y minimización, como forma de evitar enfrentar la realidad y tener que contactarse emocionalmente para ser responsable de sus propias emociones. Alimentando el espíritu La espiritualidad pretende alimentar la aceptación y autoestima de la persona con adicción. Procura también brindarle un sentido de vida que va más allá de la abstinencia; busca la sobriedad como camino y destino. Paciencia en el proceso La recuperación es un proceso constante que lleva tiempo en el que poco a poco se va lejos, se aplaza la gratificación inmediata y permite vivir “sin prisa, pero sin pausas”, generalmente el tiempo proporciona conciencia y la conciencia aceptación y cambio. “Cuando las personas con adicción…están dispuestas a esperar las gratificaciones de la sobriedad, están en la senda de su recuperación”. Twerski