Esta es la idea que algunos padres tienen sobre el consumo de drogas en sus hijos. Pueden percibirlo como una situación lejana, que aunque afecta a otras familias cercanas o a conocidos, no creen que pueda presentarse en su propia familia. El riesgo está en este exceso de confianza, ya que ante síntomas de un abuso, las familias no lo perciben como tal hasta que éste se convierte en una adicción.