Evitar o reducir al mínimo nuestros sentimientos puede convertirse en una actitud o respuesta automática, casi como si fuera un reflejo; como sucede ante la tradicional pregunta ¿cómo estás? Durante un tiempo puede que hayas alejado el dolor, pero evitar los sentimientos desagradables en general es causa de más problemas. Tal vez hayas pensado que mantenerlos lejos de nosotros nos protegía, pero la realidad es que entre más los resistíamos más poder adquieren sobre nosotros.