El consumo de alucinógenos como el LSD (ácido lisérgico) popularmente se cree que ayudan a “expandir tu mente”. Sin embargo, su consumo no produce que tu “mente se expanda”, sino que sus efectos provocan alteraciones en tu cerebro y en la forma en cómo percibes las cosas. Los usuarios por lo general experimentan fuertes pensamientos y sentimientos aterradores, como miedo a perder el control, miedo a la demencia y a la muerte, produciendo gran desesperación. El riesgo radica también en la necesidad que algunos usuarios tienen de re-experimentar esta sensación, pensando que será diferente. Lo único que sucede es que éstos se desligan de sus actividades normales, dejando de disfrutar de lo que realmente es la vida.