De locos tal vez sería sufrir en silencio, afectando a los demás y resistiéndose a pedir ayuda. Hoy por hoy, la idea de que sólo los locos van al psicólogo ha ido cambiando, aún hay personas que se niegan a asistir por ideas falsas: “¿cómo un desconocido podrá ayudarme?”, “no quiero contarle mis problemas a alguien que no conozco” o “seguro no podrá entenderme”. Reconocer que en ocasiones las situaciones nos rebasan y que es necesario solicitar ayuda profesional, en realidad nos hace más fuertes. Tú ¿qué opinas de esto?