En la mente de las personas que son jugadores patológicos o compulsivos son características ciertas ideas que refuerzan el deseo de jugar.

Por ejemplo existe la ilusión de control sobre el propio azar, cuando ganan lo atribuyen a factores internos como la suerte o inteligencia; pero cuando pierden lo atribuyen a factores externos como la repartición de las cartas. Al igual que la adicción la atención se focaliza sobre las ganancias, minimizando las pérdidas.

No es raro identificar que estas personas también consuman alcohol u otras drogas mientras juegan, pudiendo llevar al desarrollo de otras adicciones.