Puede ser complicado imaginar que el dolor tiene otra cara que no sea la de la tristeza, culpa, resentimiento, enojo, etc. Y más cuando al experimentarlo nos resulta difícil recordar que todos los sentimientos son pasajeros. Lo que estamos sintiendo en este momento no necesariamente lo sentiremos mañana, o incluso dentro de una hora. La otra cara del dolor está en la aceptación, aceptar nuestros sentimientos, reconocer que tal vez necesitemos ayuda y admitir que en toda pérdida siempre habrá una ganancia aunque no siempre sea visible en el momento.