El alcoholismo ha sido descrito como «la enfermedad solitaria». Para muchas personas con adicción, que miran retrospectivamente después de iniciar un proceso de recuperación, descubren que la mayor parte del tiempo se sentían aislados aun cuando estuvieran en medio de una gran cantidad de gente que aparentemente se divertía.

A menudo experimentan una profunda sensación de no pertenecer, aun cuando actúan en forma sociable y amistosa. El alcoholismo, como cualquier otra adicción presenta problemas emocionales que requieren ser trabajados en recuperación, pasando del sentimiento de soledad a un acompañamiento en sobriedad.