Actualmente y a pesar de la información que se ha difundido sobre la adicción como enfermedad, todavía existen contextos en donde no es posible ponerle nombre al problema. Las familias crecen sabiendo que hay algo que causa una afectación emocional en ellos, sin embargo, cuando están relacionadas con otras complicaciones como la violencia, dificultades económicas o desinformación, la adicción no es reconocida como un problema que origina otros dentro de la familia. Hasta que un miembro solicita ayuda es cuando comienza a entender y reconocer que la forma de consumir de su familiar produce más inconvenientes.