Socialmente existe la idea errónea de que pedir ayuda es señal de debilidad, que una persona “fuerte” no necesita de un especialista para resolver sus problemas, sin embargo, la realidad es que pensar esto puede hacerte más vulnerable, en especial cuando de adicciones se trata. Pedir ayuda implica reconocer que solos no podemos, y que una mirada diferente a un problema puede hacer que veamos nuestra situación de otra manera y con mayores alternativas. La fortaleza no radica en resolver los problemas por uno mismo, sino en reconocer que habrá momentos en que para ser fuertes, se requiere de un apoyo especializado.