Pensar demasiado puede ser un obstáculo en el día a día, aunque aparentemente pueda percibirse como una ventaja. Si bien nos ayuda a no actuar de forma impulsiva, también puede llevarnos a querer sobre analizar una situación para evitar equivocarnos.

Esto contribuye a una necesidad de ser y actuar de forma perfecta, que esconde gran inseguridad y temor a cometer errores. A la larga puede alejarnos de nuestra intuición que a veces nos brinda la mejor dirección. Poco a poco, y con ayuda nos damos cuenta que no necesitamos pensar demasiado para actuar y confiar en nuestra decisión.