En el proceso de recuperación tanto para la persona con adicción, como para sus familiares, trabajar con los resentimientos implica una forma de perdonar y liberarse del dolor. Dicen que perdonar no es olvidar, no significa borrar de la memoria aquello que nos hicieron o nos hicimos y nos causó daño. Pero sí supone liberarse de un dolor que ataba a las personas y empeoraba su relación con los demás y con ellos mismos.