Los límites no son normas que pueda imponer a otros. Son reglas de conducta que fijo para mi beneficio. Los límites son una cuestión de respeto a uno mismo y a los demás. Además para poner límites se requiere una cierta capacidad para comunicarse porque los otros no pueden leer mi mente ni yo la de ellos. Otras personas necesitan saber cómo me siento y yo debo comunicar con amor mis sentimientos. Es importante que escuche y respete sus sentimientos. No puedo esperar que los demás sean como quiero que sean, pero si no respetan mis límites tengo la libertad de poner distancia con tranquilidad y serenidad recordando que merezco respeto y bienestar en mis relaciones interpersonales.