La respuesta a esta pregunta es: todas las personas. Sin importar, sexo, edad, condición social, raza o nacionalidad, toda persona puede generar una dependencia. Su personalidad, genética, contexto cultural, etc, son variables que pueden evitar o desencadenar la enfermedad. Diríamos entonces, ¿cómo protegernos de ella? La información y educación es importante, sin embargo, el manejo emocional, una adecuada autoestima, cercanía familiar, entre otros, son factores de protección.