La marihuana contiene más de 400 sustancias químicas conocidas, incluyendo las mismas que causan el cáncer, y que se encuentran por fumar tabaco. Los fumadores de marihuana tienden a aspirar profundamente y a retener el humo tanto como sea posible para aumentar el efecto de la droga, empeorando así el daño a los pulmones.

El THC, sustancia adictiva de la marihuana, se queda en el cuerpo durante semanas, posiblemente meses, dependiendo del tiempo y la intensidad con que se usa, dañando el sistema inmunológico.