En el México prehispánico, la motivación para beber alcohol era únicamente de tipo ritual y estaba limitada a determinadas fechas y conmemoraciones Los señores y las autoridades daban licencia de tomar vino sólo a los ancianos de más de 50 años, expresando que en esa edad la sangre se iba enfriando y que el vino era remedio para calentar y dormir, por lo que éstos bebían de dos a tres cazuelas pequeñas.