Aunque es difícil demostrarlo, investigaciones indican que algunas personas fallecen porque al conducir se quedaron dormidas, por estar bajo los efectos de un sedante o ansiolítico, como las benzodiacepinas.

El uso de estos fármacos requiere de supervisión médica, ya que su autoadministración puede modificar los ciclos de sueño y afectar las funciones de la persona, colocándola a ella y a otros en situaciones de riesgo. No te automediques, consulta a tu médico.