La educación escolar por sí sola no es suficiente para impedir que los adolescentes consuman drogas, incluyendo el alcohol. Los padres también tienen una responsabilidad importante, ya que aquellos que participan activamente pueden tener una fuerte influencia en las decisiones de sus hijos para que permanezcan libres de drogas. Cuando los adolescentes saben que sus padres desaprueban el consumo de sustancias, como el alcohol, esto puede motivarlos a no hacerlo. Diversas investigaciones indican que los niños son menos propensos a consumir cuando sus padres están involucrados en sus vidas y cuando ellos y sus padres se sienten cerca uno del otro.