Algunos teóricos especialistas en estudiar la enfermedad de la adicción han planteado que la adicción puede ser el reflejo de un vació espiritual o falta de sentido en la vida.

Este vació produce la necesidad de llenarlo a partir de comportamientos compulsivos o repetitivos como lo es la adicción, sin embargo más que llenarlo, lo profundiza.

Las adicciones causan una desconexión con la realidad espiritual de la persona. Mientras más severa se vuelve la adicción, más profunda es la desconexión espiritual. Esto a su vez funciona como un espiral, pues el vacío interior resultante, predispone más aún al abuso de la sustancia como forma de llenar estos vacíos, pero tan solo es un alivio temporal y artificial que termina agravando la desconexión a largo plazo y reforzando la dependencia.

Por otro lado esta desconexión puede ser reversible a través de la recuperación.

 

Pero, ¿qué implica un crecimiento espiritual?

A continuación te mostramos algunas de las actitudes que reflejan un desarrollo espiritual, inspiradas principalmente en las 12 promesas de los grupos de ayuda mutua de Alcohólicos Anónimos:

  • Serenidad interior que se refleja en la forma en cómo actuamos y nos relacionamos.
  • Servir a los demás.
  • Valorar lo cotidiano y la capacidad de maravillarse con lo simple.
  • Disminución de la necesidad obsesiva de control en las relaciones interpersonales
  • Capacidad de identificar y expresar sentimientos.
  • Disminución del egocentrismo y de la necesidad de validación externa.
  • Desapego creciente a las fuentes materiales de seguridad o satisfacción como el dinero, sexo o propiedades.
  • Confianza renovada en un Poder Superior que brinda confianza en el futuro, en uno mismo y en los demás.

 

La recuperación es la promesa de una vida con esperanza y con conexión espiritual, implica en la persona un camino de crecimiento constante, que con esfuerzo devuelve o genera un sentido de vida.

Psic. Nadia Pamela García García

Especialista en Adicciones, por el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix