Bill W, cofundador de los grupos de ayuda mutua de Alcohólicos Anónimos realiza una descripción interesante sobre la progresión de la enfermedad del alcoholismo, cada uno de estos cuadros describen a cuatro tipo de bebedores que siguen presentes en la actualidad y que sin ayuda avanzan hasta convertir su consumo en una adicción.

A pesar de que el Libro Azul de Alcohólicos Anónimos fue escrito en 1939, hoy en día vemos el reflejo de lo que en su momento Bill W. escribió.

Te dejamos a continuación la información:

Ser un fuerte bebedor

Su hábito de beber puede ser constante o puede intensificarse sólo en ciertas ocasiones. Quizás gaste demasiado dinero en alcohol.

Esto puede cansarlo mentalmente y físicamente, pero él no se da cuenta. A veces les ocasiona problemas a su familia y a sus amigos. Él piensa que puede beber su dosis de alcohol, que eso no le hará ningún daño.

Se irritaría probablemente si alguien lo llama alcohólico. Hay muchos de ellos, algunos se moderarán o pararán, otros no. De estos que continúan, muchos se convertirán en verdaderas personas con alcoholismo luego de cierto tiempo.

 

Falta de control sobre la bebida

Es incapaz de permanecer sobrio, aun cuando quiera hacerlo. A menudo pierde el control de sí mismo cuando bebe.

Admite que sí es verdad, pero está seguro de que la próxima vez se controlará. Ya ha comenzado a intentar, con o sin ayuda, varios métodos para reducir su consumo o mantenerse sin beber.

Puede ser que comience a perder a sus amigos. Sus negocios a veces sufren las consecuencias. A veces se preocupa y comienza a darse cuenta de que no puede beber como los demás, aunque se lo proponga.

 

Consumo de mayor afectación

Más lejos que el caso número dos, éste ha empeorado. Sus amigos se han alejado, su casa empieza a abandonarse y no está en condiciones de tener un empleo. Es probable que el médico haya sido llamado y que haya comenzado la larga serie de visitas a casas de salud y hospitales.

Él mismo reconoce que no puede beber como las demás personas, pero no sabe por qué. Se aferra a la idea de que encontrará la forma de lograrlo. Puede haber llegado al punto de querer desesperadamente parar de beber y no poder hacerlo.

 

Adicción fuera de control

La persona ha estado internado en una institución tras otra, puede ser violento, y a pesar del daño evidentemente físico, sigue bebiendo a pesar de que éste ponga en riesgo su vida.

Aunque cada una de las descripciones causa dolor y daño las intervenciones para ofrecer o solicitar ayuda pueden hacerse en cualquier momento, no es necesario esperar a que ésta esté en mayor riesgo para que la persona sea motivada a la recuperación.

 

Psi. Nadia Pamela García García

Especialista en Adicciones, por el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix

 

Referencia Bibliográfica

Libro Azul de Alcohólicos Anónimos