Hacerle sentir culpa a la otra persona, es quizá una de las herramientas más utilizadas para manipular sus actitudes. “Por tu culpa…yo”, “Si tú hubieras hecho…yo”. En el caso de la adicción, la persona que la padece puede generar culpa en sus familiares, ya sea padres, pareja e incluso hijos y así poder justificar su consumo.

Los familiares que no saben cómo desprenderse de este sentimiento de culpa, que a veces no tiene fundamentos reales, acceden y permiten el consumo del enfermo, teniendo una actitud permisiva y complaciente que los lastima. Reconocer esta culpa y manejarla por medio de apoyo y orientación es un paso importante en la recuperación familiar y también en la recuperación del adicto.

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