Estudios realizados destacan que una relación cálida y de apoyo con al menos uno de los padres, protege o mitiga los efectos negativos de vivir en un medio adverso, que incluya la disponibilidad y el consumo de drogas, incluyendo el alcohol.

Es decir, un factor de protección importante en el desarrollo de las personas es tener una relación emocional estable con uno de los padres, o bien, con alguna otra persona significativa.

De igual forma, el desarrollo de intereses y vínculos afectivos externos, son variables que influyen para evitar un consumo perjudicial de alcohol y drogas.